viernes, 7 de noviembre de 2008
miércoles, 5 de noviembre de 2008
5 dia
El quinto dia fue el ultimo y por lo tanto emprendimos el viaje de vuelta, mientras ivamos viajando todos sabiamos que teniamos una excursion por el palmar, entonces despues de un par de horas aproximadamente de viaje, nos detubimos a realizar la excursion en ese lugar.
El Parque Nacional El Palmar tiene una extensión de 8.500 hectáreas y fue creado en el año 1965 con el objeto de conservar un sector representativo de los palmares de yatay.
El área protegida pertenece a las eco-regiones espinal, con algunas comunidades y especies típicas del pastizal pampeano, y selva paranaense.
La eco-región espinal se caracteriza por un paisaje de llanura plana y suavemente ondulada, con suelos muy variables. Su clima también es variable: cálido y húmedo en el Norte, y templado y seco en el Oeste y Sur. La vegetación está formada por bosques bajos xerófilos y sabanas, alternando con pastizales puros.
Originalmente, las palmeras Yatay también tenían una amplia distribución en las provincias de Santa Fe y Corrientes. Debido a la instalación de cultivos y al pastoreo excesivo, se redujo notablemente su población y, en consecuencia, el crecimiento de renovales.
Dentro del predio del Parque Nacional El Palmar existe un camping acondicionado con todos los servicios para el turista. Sus parcelas son naturales, con sectores de amplios claros y otros con abundante vegetación, lo que lo convierte en un lugar ideal para CAMPAMENTOS EDUCATIVOS, por las actividades que pueden realizarse en ese espacio.
Despues de realizar esta excurcion tan divertida, almorazamos y emprendimos el viaje de vuelta.
El Parque Nacional El Palmar tiene una extensión de 8.500 hectáreas y fue creado en el año 1965 con el objeto de conservar un sector representativo de los palmares de yatay.
El área protegida pertenece a las eco-regiones espinal, con algunas comunidades y especies típicas del pastizal pampeano, y selva paranaense.
La eco-región espinal se caracteriza por un paisaje de llanura plana y suavemente ondulada, con suelos muy variables. Su clima también es variable: cálido y húmedo en el Norte, y templado y seco en el Oeste y Sur. La vegetación está formada por bosques bajos xerófilos y sabanas, alternando con pastizales puros.
Originalmente, las palmeras Yatay también tenían una amplia distribución en las provincias de Santa Fe y Corrientes. Debido a la instalación de cultivos y al pastoreo excesivo, se redujo notablemente su población y, en consecuencia, el crecimiento de renovales.
Dentro del predio del Parque Nacional El Palmar existe un camping acondicionado con todos los servicios para el turista. Sus parcelas son naturales, con sectores de amplios claros y otros con abundante vegetación, lo que lo convierte en un lugar ideal para CAMPAMENTOS EDUCATIVOS, por las actividades que pueden realizarse en ese espacio.
Despues de realizar esta excurcion tan divertida, almorazamos y emprendimos el viaje de vuelta.
miércoles, 29 de octubre de 2008
4 dia
El 4 dia en la ciudad de entre rios fue una muy linda experiencia ya que nunca habiamos esperado tanta divercion junta en un dia.
A primeras horas de la mañana luego del desayuno nos fuimos a unas aguas termales que se ubicaban en un club al parecer muy popular en la zona por que transcurria mucha gente para relajarse.
Si bien se dice que las aguas termales pueden producir contaminacion ambiental estas siguen perdurando porque la gente la disfruta y niegan tal problema.
Luego de la experiencia en estas aguas fuimos a un bote donde dimos un paseo por el catamaran, fue muy interesante porque conocimos muchas cosas de este rio gracias a una guia y el capitan.
El club de piletas termales cuenta con:
Servicios de piletas, duchas, sanitarios y cantina. A estas aguas termales, de acuerdo a su análisis, se las denomina mesotermales-bicarbonatada
-sodicadas (Presencia de sodio,
cloruro, potasio y fosfato).
Poseen alrededor
de 36 grados de temperatura.
Las aguas termales se crearon en el año 1996 atravez de un equipo de alta tecnología estuvo trabajando por meses para perforar el pozo de 1.500 metros (uno de los más profundos de latinoamérica),de donde surge el agua termal.
martes, 28 de octubre de 2008
3 dia!
El 3 día fue uno de los más divertidos porque lo disfrutamos al máximo compartiendo y aprendiendo mucho con nuestros compañeros.
Aprendimos muchísimo sobre la vida de una de las mayores figuras Argentina en cuanto a lo político.
En las afueras de Concepción del Uruguay, en la provincia de Entre Ríos, a 23 kilómetros, se alza el Palacio San José, el hogar del primer presidente constitucional argentino, el polémico Justo José de Urquiza, quien derrotó a Rosas en la batalla de Caseros en 1852. Ya dueño del poder, el vencedor del Restaurador de las Leyes, ordenó la construcción de una imponente edificación impregnada de buen gusto, lujo y ostentación.
El Palacio fue construido entre 1848 a 1865, junto a un templete y un lago artificial.
La noche del 11 de abril de 1870, penetraron a caballo en el Palacio quienes asesinarían a Urquiza, al grito de "¡Muera Urquiza; viva López Jordán!". En la sala del crimen, el lugar que fuera dormitorio de Urquiza, se conserva en un postigo la huella ensangrentada de la mano del líder ultimado. Este lugar fue transformado después en oratorio por la esposa de Urquiza.
El Palacio San José posee treinta y ocho habitaciones más las dependencias: escritorios, dormitorios, archivo, biblioteca, sala de juegos. Y un vasto comedor con una gran mesa de caoba; allí, diariamente, almorzaban unas 25 personas. Y también se destaca una pulpería. Un palomar que podía albergar 650 palomas. Pueden hallarse asimismo salas de cocina, salas de baño y recepción, capilla, cocheras, capilla, dos torres de vigilancia. En esas diversas salas predominan mármoles, espejos de lunas francesas, techos laminados en oro, reliquias de tres santos lajas italianas. Y muebles de caoba, roble y caoba, algarrobo y porcelanas chinas.
Tuve ocasión de visitar este importante sitio en la historia argentina. El Palacio se encuentra tan bien conservado que no es necesario un gran esfuerzo para sentir una rápida y convincente regresión al siglo XIX. Aquí, la época de Urquiza no es evocación brumosa o la información transmitida por las líneas de un libro. Es un continuo presente. Que habla de la arquitectura como signo del poder. Y también, en una de sus salas, aún grita el peligro de la muerte violenta que acompaña al poderoso, a aquel que, acaso, ejerció y disfrutó en exceso de los beneficios de la autoridad.
Aprendimos muchísimo sobre la vida de una de las mayores figuras Argentina en cuanto a lo político.
En las afueras de Concepción del Uruguay, en la provincia de Entre Ríos, a 23 kilómetros, se alza el Palacio San José, el hogar del primer presidente constitucional argentino, el polémico Justo José de Urquiza, quien derrotó a Rosas en la batalla de Caseros en 1852. Ya dueño del poder, el vencedor del Restaurador de las Leyes, ordenó la construcción de una imponente edificación impregnada de buen gusto, lujo y ostentación.
El Palacio fue construido entre 1848 a 1865, junto a un templete y un lago artificial.
La noche del 11 de abril de 1870, penetraron a caballo en el Palacio quienes asesinarían a Urquiza, al grito de "¡Muera Urquiza; viva López Jordán!". En la sala del crimen, el lugar que fuera dormitorio de Urquiza, se conserva en un postigo la huella ensangrentada de la mano del líder ultimado. Este lugar fue transformado después en oratorio por la esposa de Urquiza.
El Palacio San José posee treinta y ocho habitaciones más las dependencias: escritorios, dormitorios, archivo, biblioteca, sala de juegos. Y un vasto comedor con una gran mesa de caoba; allí, diariamente, almorzaban unas 25 personas. Y también se destaca una pulpería. Un palomar que podía albergar 650 palomas. Pueden hallarse asimismo salas de cocina, salas de baño y recepción, capilla, cocheras, capilla, dos torres de vigilancia. En esas diversas salas predominan mármoles, espejos de lunas francesas, techos laminados en oro, reliquias de tres santos lajas italianas. Y muebles de caoba, roble y caoba, algarrobo y porcelanas chinas.
Tuve ocasión de visitar este importante sitio en la historia argentina. El Palacio se encuentra tan bien conservado que no es necesario un gran esfuerzo para sentir una rápida y convincente regresión al siglo XIX. Aquí, la época de Urquiza no es evocación brumosa o la información transmitida por las líneas de un libro. Es un continuo presente. Que habla de la arquitectura como signo del poder. Y también, en una de sus salas, aún grita el peligro de la muerte violenta que acompaña al poderoso, a aquel que, acaso, ejerció y disfrutó en exceso de los beneficios de la autoridad.
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